La terapia del perdón radical
consiste en renunciar al papel de víctima y abrir nuestros corazones para
asumir una nueva etapa en la vida. No depende del arrepentimiento de la persona
que nos dañó, sino de nuestra habilidad para transformar un sentimiento
negativo en positivo.
Cuando nos agreden sentimos dolor,
cólera, a veces puede surgir un rencor que carcome el alma y enferma. Y aunque
sepamos que esos sentimientos no son sanos, resulta difícil arrancarlos y, más
aun, perdonar si nuestro agresor no muestra arrepentimiento.
Frente a ello, los psicólogos
plantean una clase de perdón que no depende de un cambio en la otra persona,
sino de un proceso personal de liberación y sanación.
El inglés Colin Tipping diseño el
método del perdón radical y ahora forma “coaches” que lo aplican en diferentes
países. “El perdón radical tiene que ver con uno mismo, no con el otro, cada
quien transforma su propia energía. Una mujer puede decirle a su pareja que le
fallo: Te amo y te perdono, pero no deseo verte porque me haces daño”. El
perdón radical funciona así le pone fin a una situación sin rencores”.
Lograr algo así no parece tan
sencillo. Sin embargo, quienes asisten al taller radical se sienten liberados.
A grandes rasgos, el taller es así: comienza con una charla, luego cada persona
hace un inventario de sus luces y sus sombras, para culminar con la ceremonia
del perdón. Ahí se juntan los que han sufrido engaños, los que han robado, personas
involucradas en abuso sexual, en fraudes, etc. Se dan cuenta de que no están
solos, lloran, se abrazan, perdonan y se liberan.
Punto Crítico
Pero no todos están de acuerdo con
este método. El psicólogo Manuel Saravia
sostiene que cada persona tiene un ritmo y un tiempo y no se puede forzar a que
todos perdonen al mismo tiempo.
El método que el propone se basa en
liberarse del resentimiento antes de perdonar, hacer una catarsis y descargar
sobre cojines la cólera reprimida para luego asumir la responsabilidad que nos
toca, tratando siempre de salir del papel de víctima. El objetivo es tomar
conciencia de que quien perdona gana y esto no implica permitir que le hagan
nuevamente lo mismo, pero si aprender a recordar sin sentir sin dolor
"Disfruta de una taza de café y que
tengas un buen día…"
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