Nuevas pruebas de esta especialidad son el tamizaje prenatal y la ecografía genética, que permiten conocer si el nuevo bebé presentará algún mal congénito.
El tradicional cuidado de las mujeres
embarazadas consiste principalmente en mantener su salud: peso, presión
arterial, tamaño del vientre y exámenes de laboratorio. Sin embargo, ¿sabía
usted que en los últimos años se viene desarrollando una especialidad cuyos
conocimientos permiten averiguar sobre la vida del feto dentro del vientre de
la mamá? Nos referimos a la medicina fetal, especialización médica en la que el
feto es el principal paciente.
En este rubro se desarrollan estudios
ya conocidos como las ecografías 3D y 4D o la ecografía Doppler. Además una de
las principales pruebas de la medicina fetal es el tamizaje prenatal, que sirve
para detectar malformaciones, las que antes no podrían ser advertidas hasta
después del nacimiento. Esta prueba puede realizarse entre las semanas 11 y 14
de gestación con una evaluación denominada ecografía genética.
El procedimiento evalúa el historial materno y
la prueba ecográfica para identificar a la gestante que tiene un riesgo
significativo de tener un feto con enfermedad congénita.
Enfermedades congénitas
Para el Dr. Roberto Albinagorta, de
la Unidad de Medicina Fetal del hospital Edgardo Rebagliati de Lima, Perú y
miembro de la Fetal Medicine Foundation con
sede en Londres, Inglaterra, es importante identificar durante el desarrollo embrionario
si el feto padece de algún trastorno.
Los más frecuentes son el Síndrome de
Down (SD), las cardiopatías congénitas y los defectos del tubo neural. En el
caso del SD se sabe que existe un riesgo que se presenta en uno de cada 500
embarazos. Un riesgo que aumenta con la edad de las madres.
“Con la ecografía genética se evalúa
la translucencia nucal (TN), que es el espacio de líquido ubicado en la parte
posterior del cuello fetal, durante la primera etapa del desarrollo, y que
aumenta con mayor frecuencia en los fetos con SD”, explica el experto. A pesar
de que este concepto ha sido incorporado hace años a la práctica médica en el Perú,
aun no se conoce si los resultados de una ecografía genética permiten calcular
el grado de riesgo, sea alto o bajo, de tener un bebé con SD.
En la gran mayoría, los casos resultarán
con riesgo bajo; eso significa que es poco probable que el bebé tenga la
enfermedad y ya no se requiera ninguna prueba adicional. Mientras que a un
pequeño grupo de pacientes, que tienen un alto riesgo, se le recomendara un
estudio citogenético de la placenta o del líquido amniótico para definir el
diagnostico final.
Esta especialidad se dedica
enteramente al feto y busca obtener un diagnóstico temprano de las patologías prenatales.
Asimismo brinda alternativas de tratamiento.
"Ahora es tiempo de disfrutar una
taza de café y que tengas un buen día…"
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