jueves, 22 de diciembre de 2011

Como dirigir financieramente un matrimonio y evitar la crisis.


Consejos para sobrevivir a la convivencia

Un presupuesto, una cuenta en común y ahorrar son las recomendaciones.

Cuando Juana se casó con su amado Juan, hace poco más de un año, estaba completamente segura que sólo la muerte la separaría de él, quien había sido su novio de toda la vida. Ambos tenían buenos trabajos, les gustaban las mismas cosas y se adoraban. ¿Qué podía salir mal? ¿Divorciarnos Juan y yo? Ja ja ja. Na`que ver, chicas, que va, decía Juana a sus amigas del colegio, quienes con menos de 30 años ya estaban  divorciadas y con varios kilos de más, a consecuencia de los embarazos, cada vez que ellas insistían que el amor no dura para siempre.

Sus amigas le decían, ya vas a ver cuando empiecen los problemas por dinero, de monotonía o de llamadas a las tres de la mañana, ya te acordaras de nosotras, le repetían ellas.

Hace no mucho, Juana se acordó de esa frase. No por monotonía ni por llamadas misteriosas, felizmente; pero si por plata que ya no alcanzaba como antes. Algunos meses no había suficiente dinero para pagar las deudas o los gastos de mantenimiento del departamento. El sueño de tener un hijo, ya no está más dentro de sus planes y ni que decir de la idea de irse de vacaciones en verano. Las discusiones entre la parejita feliz se hacían cada vez más frecuentes. ¿Cómo hacemos para pagar la tarjeta? No sé, tú verás. Paga la luz tú. No te toca a ti. ¡Seguro que te vas a tirar toda la plata tomando con tus amigos! ¿Pero dime, en que gastas tanto?, en peluquería seguro.
Luego de tantas discusiones y estrés, Juana pensaba que ya no sería la muerte, sino el dinero el que la separaría de Juan. Él también lo había pensado. Había demasiada desconfianza por culpa de la plata y ninguno de los dos sabia como recuperarla.

La mayoría de las personas que conocían a la pareja sabían que Juana y Juan estaban en crisis y les habían dicho que los matrimonios se deben conducir como pequeñas empresas, en las que tanto el hombre como la mujer deben aportar a una cuenta común para así contribuir a la supervivencia de la familia. Una de esas personas les recomendó, en primer lugar sincerar sus ingresos y tener una cuenta común.

“Pero así Juan va a saber que gasto más de 500 soles en peluquería”, pensaba Juana. “Pucha, si Juanita se entera de la cantidad de plata que se me va en mis salidas de negocios, me mata”,  se imaginaba Juan.
La verdad es que los problemas se dan cuando no se sabe  en qué se está gastando la plata. En cambio a través de una cuenta común donde salen todos los gastos, uno ya puede saberlo.
También es aconsejable elaborar un presupuesto familiar por rubros (alimentación, vivienda, transportes, vivienda, transporte, entretenimiento, etc.) y ahorrar para evitar deudas y planes a futuro.

El presupuesto se hace una vez al año, pero se va regulando mes a mes, en una planilla Excel o aplicación similar para computadores o celulares. Así, Juan y Juana se podrían poner de acuerdo en cómo gastar su dinero. Si se ajustan a ese presupuesto ya no van a tener problemas. Va  a haber confianza porque se sabe dónde está la plata.

Valorar a la pareja y saber negociar, también es la clave en el matrimonio.
Quinientos soles en peluquería es mucho Juanita. - ¿Y lo que gastas con tus socios?- Ya mira tenemos esta plata. Recortemos esto y esto, así podremos pagar las cuentas…


En tiempo de Navidad, cambiamos nuestra taza de café por una caliente y aromática taza de Chocolate.

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